10 beneficios clave de los drones de aplicación agrícola
Los drones han llegado para quedarse. Se trata de una tecnología que se ha instalado para entregar beneficios y cubrir las necesidades básicas de profesionales y de empresas.
Profesionales, como los agricultores, los mismos que respaldan a las cooperativas del campo. Empresas propietarias de grandes extensiones agrícolas, para las que, adelantarse a los problemas de sus cultivos, representa una palabra muy valorada en el sector: seguridad. Un concepto, el de la seguridad profesional, que también está en el ADN de Munitec, la mutua de los profesionales del campo español.
Los drones de aplicación agrícola permiten hacer seguimientos continuados a hectáreas y hectáreas de cultivos, a extensiones de plagas, controlar riegos, determinar en tiempo real los efectos de vientos o de heladas, o, mejor aún, optimizar los recursos para ser más eficientes y abaratar costos. Conceptos deseables pero huidizos igualmente valorados por todos los actores del sector primario.
Si tuviéramos que considerar algunas ventajas clave de la tecnología dron aplicada a la agricultura, nos quedaríamos esta decena de beneficios. Ventajas como éstas:
– Ahorro de tiempo. Es una cuestión evidente, los drones permiten explorar el estado de los campos de forma rápida y muy eficiente. Se trata de un modelo de seguimiento que supera con creces a la observación a pie o motorizada en tractores.
– Rendimientos de los cultivos. Los vuelos de los drones en agricultura permiten descubrir sobre el terreno circunstancias que pueden limitar las producciones. Entre otras cuestiones, diferencias en la mineralización del suelo, problemas de estabilidad de los sustratos, extensiones incipientes de plagas, acumulaciones de algas en los sistemas de riego…
Optimización de recursos
– Frecuencia de uso. Con los drones, se puede ver el estado de los cultivos de manera más frecuente, con menos inversión de tiempo, de recursos, de mano de obra y de esfuerzo. Más, resulta perfecto para ver el impacto de los riegos, cómo ha afectado una tormenta de pedrisco, cómo va un proceso de maduración o el impacto progresivo de una sequía.
– Recopilación de datos. Los archivos de imágenes, sus catálogos, se pueden convertir en fuentes comparativas de información que también ayudan a mejorar los cultivos, por ejemplo, si se realizan nuevas experiencias agrícolas o hay diferencias entre variedades plantadas cuyas evoluciones son difíciles de seguir a pie en conjunto.
– Rápidos retornos de inversión. Dependiendo de la frecuencia de uso y de la soluciones que aportan los drones agrícolas sobre el terreno, estos pequeños aparatos aéreos pueden amortizarse incluso en la primera campaña agrícola de aplicación.
– Facilidad de uso. Volar un dron para uso agrícola con una configuración técnica básica, puede ser tan sencillo como hacerlo con un avión de aeromodelismo o un vehículo rc.
– Automatización y geografía. Las aplicaciones que permiten integrar los límites de los campos de cultivo, realizar aterrizajes y despegues automatizados y rutas de vuelo preestablecidas facilitan seguimientos continuados bajo patrones de observación optimizados y mejorables.
Regulación de los riegos
– Cámaras térmicas. La aplicación de cámaras térmicas introduce una mejora en el seguimiento de los cultivos, por ejemplo, determinando qué zonas han recibido más agua y cuáles menos, con lo que resulta sin duda más fácil regular el gasto de agua.
– Fertilizantes. Los drones pueden colaborar en el ajuste de las cantidades de agua y por extensión de fertilizantes que se aplican a los cultivos para evitar que estos últimos se desperdicien barridos por las escorrenteras.
– Espantapájaros. Uno de los últimos modelos de drones de uso agrícola presenta la apariencia de aves rapaces y se emplea para ahuyentar especies que comen semillas y brotes tiernos de manera descontrolada, como sucede en los arrozales del Delta del Ebro. Aves que no pueden erradicarse al ser especies de la avifauna protegida.
Estamos ante la introducción de una tecnología de seguimiento aéreo de las variables que son competentes en la economía agrícola y en la eficiencia empresarial.
Una tecnología que está en fase de introducción y a la que le queda mucho recorrido por cubrir y tiempo para complementarse con otras técnicas y tecnologías exitosas como el big data o la robótica.
Pero, ésa es otra historia.